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Miguel Jiménez.  Director de la Agencia del ISBN

La gestión del ISBN, un código internacional para el comercio del libro, ha sido desempeñada en España desde sus inicios por el Ministerio de Cultura (ahora de Educación, Cultura y Deporte). En 2006, los editores españoles, a través de su organización profesional –Federación de Gremios de Editores de España (FGEE)-, empezaron a moverse para encargarse de la gestión y, de esta forma y al igual que en otros países europeos de tamaño y nivel de desarrollo similar al nuestro, modernizar su funcionamiento, hacer confluir las iniciativas del sector editorial con las de la Agencia del ISBN y poner en pie un sistema «paga quien usa» rompiendo con la tradición de subvención pública.

El primer resultado de las negociaciones con el Ministerio fue el decreto 2063/2008, publicado en enero de 2009, que preparaba el camino para la posterior firma de un Convenio en junio de 2010. Además de hacer posible la cesión de la gestión, el Decreto anulaba la absurda obligatoriedad del ISBN. Aunque está claro que el que quiera vender un libro, deberá incorporarle un ISBN, igual que el que quiere vender una lata de sardinas en un país como el nuestro tiene que incorporarle un código de barras EAN, el ISBN no debe ser obligatorio y ya no lo es.

El trabajo, codo con codo con la Agencia del ISBN gestionada todavía por el Ministerio, empezó en junio de 2010, nada más firmarse el convenio. Además de analizar los flujos de trabajo, los procedimientos, el sistema informático utilizado, etc., se tomó contacto con las agencias del ISBN de unos cuantos países europeos y, finalmente, se viajó a visitar las de Milán, Fráncfort y Londres para tratar de aprender de los aciertos y errores de los colegas europeos.

· El servicio se interrumpe 24 horas

A principios de diciembre la oficina de la nueva Agencia estaba en marcha. El paso del testigo se realizó a finales de ese mes: el 20 de diciembre el servicio se prestó con normalidad en la oficina del Ministerio, el 21 fue el único día en que se cerró el servicio al público y el 22, a las 9 de la mañana, se abría de nuevo en los locales y con los teléfonos, web y sistemas informáticos de la nueva Agencia.

En paralelo, se había realizado una migración tanto del programa informático (desarrollado por el Ministerio y cedido en uso a la Agencia) como de la base de datos, de forma que el día 20 el Ministerio trabajó contra su sistema y el día 22 la nueva Agencia trabajaba ya contra el suyo sin pérdida de un solo registro.

· Impulso a la gestión electrónica

Desde el primer día se adoptaron algunas medidas innovadoras con la idea de ir cambiando, poco a poco, los procedimientos para hacer el trabajo de la Agencia más eficiente y prestar un mejor servicio al sector del libro.

En 2010, el número de formularios de comunicación de datos bibliográficos que enviaron los editores fue de 126.400, de los que el 75 por ciento se enviaron en formato papel y sólo el 25 por ciento a través de la Web de la Agencia.

Merced a las nuevas iniciativas de la Agencia, el resultado de 2011 ha sido de un 48 por ciento de los formularios enviados directamente a través de la Web, un 27 por ciento por correo electrónico y sólo un 25 por ciento en papel. A partir del 1 de julio de 2012, el envío se hará obligatoriamente mediante un acceso de los editores a la Web de la Agencia en la que un formulario les ayuda a introducir los datos mejorando la calidad de éstos y evitando errores de copia.

· Estrecha colaboración con el sector editorial

En el segundo semestre de 2011 el sector del libro en España adoptó una iniciativa de crucial importancia: por primera vez en muchos años, la decisión se adoptó al unísono por todos los participantes en la cadena comercial del libro: editoriales, distribuidores y libreros y con la plena colaboración y respaldo de la Agencia del ISBN y en coordinación con una iniciativa internacional.

Se ha adoptado un sistema de clasificación por materias de los libros que sustituye a la lista reducida de entradas de la CDU utilizada hasta ahora por el ISBN. El sistema que se ha adoptado se llama IBIC (International Book Industry Categories) y, aunque está basada en una clasificación del sector del libro en el Reino Unido, es una iniciativa internacional, con apoyo -en el momento de redactar estas líneas- de Reino Unido, Italia, Alemania, Noruega, Suecia, Portugal, Holanda y España.

Los editores españoles ya están utilizando para asignar materias a sus nuevas publicaciones los códigos IBIC y se ha comenzado un ambicioso plan para re-etiquetar con estas nuevas materias los catálogos del fondo de las editoriales.

Por otra parte, la Agencia del ISBN ha colaborado también desde el inicio de esta nueva etapa con una iniciativa de los editores llamada Dilve, que proporciona a éstos un sistema moderno y flexible de gestión de sus fondos para la comunicación a los otros elementos de la cadena del libro.

· Puesta en marcha de la tienda virtual del ISBN

A finales del pasado año, la Agencia comenzó a cobrar por sus servicios. El modelo de autofinanciación de la Agencia puesto en marcha es similar al de otros países con un sector editorial como el nuestro (Reino Unido, Alemania, Italia, entre otros): la tramitación del ISBN deja de estar financiada por los contribuyentes en general y pasa a financiarse (con el objetivo exclusivo de recuperar los costes de funcionamiento) por los que requieren los ISBN para mejor comercializar sus productos. Por cierto, esto es lo que sucede con los códigos de barras que llevan los productos que compramos todos los días en los comercios. Téngase en cuenta que, desde el 1 de enero de 2007, el ISBN es un caso más de esos códigos de barras EAN.

Gracias al desarrollo que se ha llevado a cabo, la venta de los ISBN (tanto en bloques de 10, 100, etc. para los editores profesionales como individuales para los autores-editores) está completamente automatizada; la inversión para conseguirlo ha sido de más de 140.000 euros. El comprador rellena un formulario en la Web de la Agencia, paga por Internet mediante tarjeta de crédito o PayPal y recibe todos los mensajes, informaciones, facturas y credenciales de acceso a través de correo electrónico y sin apenas intervención del personal de la Agencia. El sistema Web desarrollado se comunica con el sistema central del ISBN, en el que están las bases de datos de publicaciones y de editores, y con el sistema de contabilidad y facturación de la FGEE. Las solicitudes se tramitan en unos plazos mucho más cortos que en la mayoría de los países y, si se escoge el servicio «Urgente«, las respuestas de la Agencia tienen lugar en menos 24 horas.

· El futuro: integración con las iniciativas del sector

En la actualidad, en el sector del libro en España existen, por razones históricas, varias bases de datos:

En primer lugar, la Agencia del ISBN mantiene una base de datos no abierta al público con todos los libros cuyos datos los editores le comunican y con los datos de esos editores. Tiene a día de hoy 1.476.303 libros disponibles y otros 376.784 más que figuran como agotados o descatalogados, así como más de 15.000 fichas de editores profesionales y varias decenas de miles de autores-editores.

La Agencia del ISBN transfiere diaria y gratuitamente sus datos al Ministerio de Educación y Cultura, que alimenta con ellos sus bases de datos de libros y de editoriales disponibles en su Web. Estas bases de datos no permiten ningún tipo de descarga a los libreros y otros agentes de la cadena del libro.

Por otro lado está Dilve, una iniciativa de la FGEE nacida hace varios años que tiene a fecha de hoy 409.284 títulos, pertenecientes a 899 editoriales. Los editores que trabajan con Dilve pueden enviar sus datos al ISBN de manera automática, sin tener que volver a teclear nada. Los libreros y otros agentes pueden descargarse listados de libros de manera automática, fácil y versátil. La base de datos de Dilve utiliza la norma internacional del sector editorial Onix y permite a los editores añadir a la ficha bibliográfica de los libros imágenes de cubierta, biografías del autor, paratextos, etc.

En tercer lugar, los libreros, a través de CEGAL tienen un sistema, al que acceden los asociados mediante contraseña, llamado «Cegal en Red» con una base de datos que se alimenta de los datos que le proporcionan gratuitamente la Agencia del ISBN, Dilve y otros. Como subproducto del anterior, CEGAL ofrece gratuitamente en su web 1.820.584 referencias de libros (798.492 están «disponibles»). En esta Web se informa de las existencias de esos libros en 260 librerías asociadas al sistema.

En el futuro, estos sistemas deberían confluir de una forma u otra y acercarse más a un único servicio moderno y puntualmente actualizado para todo el sector del libro y para sus clientes. La Agencia del ISBN y Dilve ya han dado los primeros pasos para avanzar en esta confluencia.

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