La Biblioteca Lázaro Galdiano

Juan Antonio Yeves

La Biblioteca Lázaro Galdiano es una de las más sobresalientes entre las españolas que proceden de un bibliófilo. Por fortuna permaneció unida y, gracias al rasgo generoso de José Lázaro, que dejó sus bienes al Estado español, se conserva en la Fundación Lázaro Galdiano junto a las más variadas y extraordinarias colecciones artísticas que reunió a lo largo de su vida.

José Lázaro Galdiano nació en Beire (Navarra) el 30 de enero de 1862 y murió en Madrid el 1 de diciembre de 1947. La labor desarrollada al frente de La España Moderna -editorial con gran predicamento en los últimos años del siglo XIX y primeras décadas del XX- fue muy meritoria y el Museo que dejó al morir hace que su nombre figure en la historia del arte español con caracteres imborrables. Sin embargo, no se difundió de la misma manera su apasionada afición a los libros ni se divulgó el merecido prestigio de su biblioteca, ni vida de Lázaro ni después de crearse la Fundación en 1948, cuando sólo era conocida y utilizada por algunos eruditos e investigadores. Los catálogos de los fondos, bien monográficos o colectivos, y las exposiciones organizadas en los últimos años han contribuido al reconocimiento y la difusión de la Biblioteca Lázaro Galdiano, donde están representadas las más variadas facetas de la bibliofilia, pues su creador no estableció límites por materias o por otros criterios y reunió obras de interés por su contenido, piezas de singular belleza o ejemplares de extraordinaria rareza. Siguió la misma orientación a la hora de formar sus colecciones artísticas y bibliográficas y este criterio da unidad al conjunto de su legado conservado hoy en el Museo y en la Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano.

En esta Biblioteca se custodian aproximadamente 900 volúmenes manuscritos, más 45.000 monografías impresas y 1.100 títulos de publicaciones periódicas y en esta ocasión daremos noticia de algunos ejemplares notables y de ciertas iniciativas encaminadas a la difusión de estos fondos para su aprovechamiento y estudio.

Junto a la biblioteca de trabajo de José Lázaro y la que se ha ido formando en los últimos años, después de haber sido creada la Fundación, encontramos la biblioteca de bibliófilo de José Lázaro en la que se hallan verdaderas joyas bibliográficas, algunas porque que figuran en un lugar destacado de la historia del libro y otras porque son ejemplares únicos en bibliotecas españolas. Se podrían plantear distintas propuestas de agrupación, pero brindamos una que parece oportuna por su procedencia, es decir, por tener su origen en la biblioteca de un bibliófilo.

• Manuscritos (medievales -objeto de la más alta bibliofilia-, ilustrados con miniaturas, orientales, autógrafos, originales,…).
• Impresos (incunables, ediciones prínceps, primeras ediciones, ediciones originales, ediciones ilustradas, obras de un autor o de una época,…).
• Libros que presentan huellas de su «fortuna» (con señales de propietarios anteriores -dedicatorias, exlibris o superlibros-, con anotaciones del autor o de lectores,…).
• Encuadernaciones.
• Impresos o manuscritos de un tema o una materia (la variedad es enorme y si pueden incluirse en alguno de los puntos anteriores su interés se verá acrecentado).
• Dibujos y estampas (en algún caso se encuadernaron formando un volumen y en otros se hallan sueltas y a veces proceden de libros manuscritos o impresos).

Mencionaremos algunas de las más notables dentro de estos conjuntos y, de paso, recordaremos algunas iniciativas llevadas a cabo para dar a conocer estos fondos, pues junto a la atención a los usuarios presenciales, que no se descuida, se ha planteado la difusión de los fondos a usuarios que no pueden acercarse a la Biblioteca, es decir, llevar las obras a los posibles lectores o investigadores. Por eso se han seguido distintos caminos: digitalización de los fondos (http://www.bibliotecalazarogaldiano.es/), inclusión de estas obras en catálogos colectivos como el del Patrimonio Bibliográfico, préstamo para exposiciones organizadas por otras entidades y propuestas de proyectos de investigación, mediante acuerdos con instituciones del ámbito académico y universitario o por iniciativa propia (La literatura y las artes en epistolarios españoles). Uno de los más fructíferos ha sido la realización de exposiciones con fondos propios en la Fundación, pues ha servido para estudiar las obras y propagar su localización, no sólo con la muestra puntual, sino también con catálogos y visitas virtuales, porque estas piezas no se encuentran expuestas de forma permanente como las colecciones artísticas reunidas por José Lázaro.

Manuscritos

 

 

 

 

 

 

 

El conjunto de manuscritos comprende desde obras fechadas a finales del siglo XII hasta algunas de la pasada centuria. En él destacan códices medievales, como De virginitate Beatae Mariae de san Ildefonso, Livre des propriétés des choses traslate de latin en françois de Bartholomaeus Anglicus, varias copias de la Sagrada Escritura, libros de horas, autógrafos -Lope de Vega o de Goya entre otros-, y piezas excepcionales como el Libro de retratos de Francisco Pacheco. Algunas de estas obras se han mostrado en distintas exposiciones, realizadas en los últimos años en la sala «Joyas bibliográficas» del Museo: Bibliofilias (8 de septiembre a 8 de diciembre de 2008); El álbum de los amigos: templo de trofeos y repertorio de vanidad (23 de abril a 14 de junio de 2010); Las artes del libro oriental: manuscritos en árabe, armenio, hebreo y persa en la Fundación Lázaro Galdiano (15 de diciembre de 2010 a 28 de marzo de 2011); Mysterium admirabile: el tiempo de Navidad en los libros de horas de la Fundación Lázaro Galdiano (16 de diciembre de 2011 a 6 de febrero de 2012); Itinerario y memoria de José Lázaro: editor, coleccionista, bibliófilo (23 de mayo a 17 de septiembre de 2012) y Biblias en la Biblioteca Lázaro: exposición conmemorativa del V centenario de la Políglota Complutense (28 de mayo 15 de septiembre de 2014).

Impresos

Entre los impresos, sobresalen ejemplares como la magnífica edición del siglo XV del Sueño de Polífilo, impreso por Aldo Manucio, o el Sacramental de Sánchez de Vercial, único ejemplar de una edición incunable. Los libros de los siglos XVI al XVIII son numerosos pero, sobre todo, destaca la presencia de obras maestras de imprentas españolas y europeas, desde las dos ediciones de la Biblia políglota, de Alcalá y Amberes, hasta libros que salieron de las prensas de Ibarra, Sancha o de las de los grandes impresores franceses e italianos. Obras pertenecientes esta sección se mostraron en algunas de las exposiciones citadas: Bibliofilias; Itinerario y memoria de José Lázaro: editor, coleccionista, bibliófilo y Biblias en la Biblioteca Lázaro: exposición conmemorativa del V centenario de la Políglota Complutense.

                                                        Sueño de Polifilo. Inv. 11571

Libros que presentan huellas de su «fortuna»

Este aspecto, referente a la procedencia y trayectoria de los libros, tiene atractivo no sólo par

a el bibliófilo. En la colección encontramos testimonios notables que han incrementado el interés de algunas obras porque propietarios anteriores han dejado su huella con encuadernaciones artísticas o heráldicas, ex libris, dedicatorias, anotaciones, etc. El conjunto más numeroso de libros de una biblioteca anterior es el que procede de la que reunió Cánovas en la segunda mitad del siglo XIX, pero se ha podido averiguar la «fortuna» de muchas otras. Para este capítulo se está preparando una exposición monográfica, si bien ya se ha tratado en tres anteriores: Cánovas y Lázaro: dos bibliófilos de fin de siglo (16 de diciembre 1998 a 31 de enero 1999), Bibliofilias, ya mencionada, y Arte y mecenazgo: encuadernaciones heráldicas (17 de diciembre de 2008 a 15 de marzo de 2009).

Encuadernaciones

 

 

 

 

 

 

 

Lázaro mostró especial interés por el arte de la encuadernación y reunió un conjunto muy notable procedente de talleres españoles y europeos, que permite estudiar los estilos, técnicas y tipologías de este arte, una manifestación más de la bibliofilia. Colaboró en numerosas exposiciones colectivas con obras de su propiedad pero la única que organizó en su casa -con piezas de su colección únicamente- fue una de encuadernaciones, en 1934. Esta sección se ha visto incrementada por un legado notable, el de la colección de Carlos Romero de Lecea que ha completado la colección al incluir obras del siglo XX. Se han expuesto encuadernaciones en alguna de las muestras ya señaladas y en dos monográficas: Arte y mecenazgo: encuadernaciones heráldicas, antes citada, y Encuadernaciones artísticas de Romero de Lecea en la Biblioteca Lázaro Galdiano (12 de junio a 31 de agosto de 2008).

Impresos o manuscritos de un tema o una materia

La bibliofilia, en muchos casos, presenta una orientación concreta. En cuanto a las materias que se encuentran en la Biblioteca Lázaro Galdiano la variedad es enorme porque José Lázaro se sintió atraído por temas muy variados. Francisco Vindel en Los bibliófilos y sus bibliotecas desde la introducción de la imprenta en España hasta nuestros días (Madrid, 1934), refiriéndose a la colección de Lázaro, decía: «En esta biblioteca, donde se encuentran bellísimos libros miniados desde los primeros siglos hasta el XVII, se hallan asimismo muchos, no sólo raros incunables, sino ejemplares únicos; y del siglo XVI y XVII puede decirse que es completísima en obras de literatura, bellas artes, libros de caballerías, historia y en todos los ramos del saber humano». Una de las exposiciones realizadas en el la sede del Museo, Bibliofilias (8 de septiembre a 8 de diciembre de 2008), se centró en este asunto y pretendía mostrar los posibles caminos del bibliófilo.

Dibujos y estampas

En la sección de estampas y dibujos en la que se encuentran piezas españolas y europeas, fechadas entre los siglos XV y XX, destacan las obras de Goya: piezas sueltas y también series completas de los Caprichos, Desastres de la guerra, Tauromaquia y Disparates. No podemos olvidar también otro conjunto notable de dibujos que en el siglo XIX constituía una parte notable de la colección de Valentín Carderera. Algunos de estos dibujos se han mostrado en dos exposiciones: Navarra en el corazón: Monumentos y paisajes desde la mirada del siglo XIX en la Fundación Lázaro Galdiano (8 de mayo a 16 de agosto de 2009) y Viajes artísticos y conservación del patrimonio en la España del siglo XIX: Valentín Carderera y Pedro de Madrazo (28 de junio a 23 de septiembre de 2013).

Hemos señalado las secciones más notables por su interés patrimonial pero la reseña también podría continuar otras obras que han dado lugar a trabajos de investigación de la propia institución, como el titulado La literatura y las en epistolarios españoles, o exposiciones de las que queda testimonio en catálogos impresos: Una imagen para la memoria: la carte de visite, colección de Pedro Antonio de Alarcón (29 de junio a septiembre de 2011) y Correspondencia sin privacidad: billetes, tarjetas postales y epístolas literarias en la Colección Lázaro (20 de diciembre de 2013 a 27 de enero de 2014).

Como colofón a esta breve presentación, podemos decir que en el caso de Lázaro se cumplió el sueño que otros aficionados no vieron cumplido: que su biblioteca se mantuviese tal como se formó. Gracias a su gesto generoso de instituir heredero al Estado español y a la acertada decisión posterior de mantener unidas sus colecciones, hoy tenemos en la Biblioteca Lázaro Galdiano la mejor prueba de su pasión por los libros.